La presión arterial de Lourdes Gómez le subió a 19
milímetros de mercurio (mm Hg) hace menos de una semana. El disparador de su
tensión fueron los ataques del gobierno de Estados Unidos el pasado 3 de enero,
en los que murió el exjefe de las Fuerzas Quds iraní, el general Qasem Soleimani.
Lourdes, a quien sus conocidos llaman
Mimi, tiene tres hijos naturalizados estadounidenses, los tres son miembros de
Los Marines y el mayor de ellos, de 28
años, está ahora en Irak. El menor, de 21 años deberá ir a ese país en unos
tres meses.
Ella nunca ha sido hipertensa, pero un
chequeo programado dio con la anomalía en su salud, que se manifestaba con un
constante dolor de cabeza que empezó a sentir luego de ver las noticias sobre
el ataque y las reacciones desde Irán que proclamaban venganza por la muerte de
su comandante.
Lourdes es odontóloga forense y
constantemente está expuesta a la muerte, incluso, cree, que ha logrado crear
una coraza para que le afecte menos, pero ahora que siente el riesgo que enfrentan
sus hijos, se desploma y no puede evitar llorar.
“No te imaginas la ansiedad que yo
siento, es algo como... impotencia, ansiedad... no sé, tristeza”, comenta desde
un salón de su casa en el sector capitalino de Gazcue, a minutos de regresar de
otro chequeo cardiovascular. El tratamiento médico que sigue, ha logrado llevar
la presión a 16, pero todavía está lejos del marcar los 11 en que se mantenía
antes.
Para enfrentar la angustia, ha decidido
no ver noticias ni muchas redes sociales. Ora, enciende velones y luego de
cumplir su horario en los dos trabajos que tiene, sigue activa en la creación
de accesorios, mientras espera el único mensaje al día que le envía su hijo José Antonio Diná Gómez, desde Medio
Oriente.
El joven le escribe un mensaje escueto
que casi siempre dice que está bien o que está vivo. El último lo envió a eso
de las 10:14 de la noche del martes, a minutos de que el gobierno iraní
asumiera los ataques con misiles a dos bases militares en Irak que tienen
soldados estadounidenses. Hasta el momento no se ha reportado víctimas de esa
operación.
José Antonio está cerca del lugar de
los ataques, aunque nunca le ha dicho el punto exacto. Su último mensaje decía,
“estén tranquilos”, pero Lourdes no ha vuelto a saber más.
“Yo
sé lo que es la muerte, y aunque uno aprende a vivir con eso, cuando te toca...
no es que me esté tocando la muerte, pero tú ves lo fácil que se puede ir la
vida y tú aprendes a valorarla más”.
Lourdes
y sus hijos son una familia santiaguera. Desde que eran pequeños, a ellos les
gustó la milicia y todavía comparte entre los grupos familiares la foto de José
Antonio, de apenas dos años, con ropa de guardia.
A
los 15 años, el joven viajó a Estados Unidos y dos años después ya se estaba
entrenando en el Cuerpo de Marines. Pronto sus otros dos hermanos también se
unieron a la institución.
Lourdes habla con orgullo cuando
refiere que sus tres vástagos se graduaron con honores y son marines
destacados. José Antonio es staff sergeant (sargento de Estado
Mayor), Manuel Antonio, el segundo de 26 años, y José Manuel, de 21, tienen
rango de sargento.
También habla de sus nietos, pues José
Antonio tiene un niño de seis años y Manuel Antonio tiene una niña de un año.
Las madres de sus nietos también son marines estadounidenses.
En su cuenta de Instagram, Lourdes
publicó una foto de un oso de peluche. Fue el regalo que José Antonio le regaló
a su hijito cuando ya salía para Irak. Desde hace cuatro días el niño duerme
abrazado a su oso, y ver la imagen que le envió su nuera le remueve el alma y
los sentimientos. En el mensaje que posteó con la foto, y que repite durante la
entrevista, se queja de las personas que dedican tiempo para publicar
informaciones falsas o hacer bromas, sin pensar en los aquellos a los que
pueden estar hiriendo.
Volume 60%
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